Pastores trashumantes piden a la Confederación Hidrográfica que los dejen pastar en el cauce del Segura para facilitar su actividad que controlaría la vegetación
TEXTO E. DE GEA
FOTOS ASIER ITURRICASTILLO
DOMINGO 14-06-2020
Uno de los últimos pastores trashumantes de corto recorrido de la Vega Baja, Roberto Carlos Sampere, está decidido a continuar con esta profesión “muy dura y donde se trabajan los siete días a la semana” señala. Y para ello pide la participación y colaboración de las distintas administraciones, local, autonómica y nacional con el fin de seguir con esta actividad económica, social, medioambiental y tradicional de primer orden. La organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ( FAO) califica el pastoreo móvil como “actividad climáticamente inteligente y un elemento crucial para lograr los objetivos de desarrollo sostenible”. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) añade que las prácticas pastoriles tradicionales crean hábitats imprescindibles para otras especies naturales manteniendo en un alto grado la diversidad botánica.
Este pastor de 34 años de San Fulgencio tiene claras sus peticiones: Que las administraciones competentes señalicen los caminos ganaderos (vías pecuarias, cordeles…) para poder circular por ellas sin padecer los problemas actuales, sobre todo los relacionados con el trafico rodado; que los pasos ganaderos dejen de ser fumigados con productos nocivos para el ganado, y que de una vez por todas la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) deje pastar a los ganados en el cauce del Segura, cuestión que ya solicitó y encontró una respuesta negativa. En este sentido explica que con su ganado de mil ovejas de las razas Segureña, Manchega y Merina, mantendría el cauce del río Segura prácticamente sin cañas desde Guardamar del Segura a Orihuela. Y ello sin coste alguno, al contrario que ocurre ahora mismo donde la limpieza del cauce cuesta a la administración central muchos millones de euros. Estas reivindicaciones son apoyadas por otros profesionales ganaderos.
También pide que los ayuntamientos agilicen cualquier trámite para realizar su actividad, que la sociedad en general se conciencie de los beneficios de esta práctica para conseguir una alimentación segura y de calidad, y una regulación de precios que permita obtener unos precios de venta dignos, una situación que compara con los precios de los productos del campo. “No puede ser que nos impongan los precios de venta” añade.
Roberto Carlos Sampere continúa en estos momentos su trashumancia. Hoy domingo ocupa terrenos de huerta de Rojales. Concretamente en Heredades donde su ganado pasta en una plantación de alcachofas. Acaba de regresar de las lomas de la Juliana. Esta semana se dirigirá a San Fulgencio y pasará poco después al campo de Elche,
Roberto Carlos Sampere es la cuarta generación de pastores, manteniendo una de las actividades más antiguas de la humanidad. Su bisabuelo, abuelo y padre también lo fueron. “Este trabajo tiene que gustarte. Estar todo el día con animales al aire libre es muy bonito. Pero debe ser compensado con facilidades para desarrollarlo y obtener unos beneficios económicos acordes al esfuerzo” añade.