Trashumantes de la Vega Baja: Una actividad que cuida el medio ambiente y produce alimentos de calidad
Un ganado de mil ovejas recorrió este fin de la semana la comarca en busca de pastos
El ganadero Roberto Carlos Sampere pide a los ayuntamientos que señalicen las vías pecuarias
TEXTO Y FOTOS E. DE GEA
MARTES 12-05-2020
La comarca de la Vega Baja vivió este fin de semana un espectáculo difícil de ver y cada vez menos frecuente, una trashumancia de ganado de corto recorrido. Roberto Carlos Sampere iba al frente de cerca de mil ejemplares de ovejas de las razas Segureña, Manchega y Merina durante el traslado que partió de San Fulgencio y terminó en las Lomas de la Juliana tras recorrer 17 kilómetros pasando por zonas pobladas, carreteras y las motas del río Segura. Junto a este pastor de 34 años le acompañaban sus inseparables perros y varios familiares que le ayudaron durante el traslado. Unos 25 días pasará el ganado en las Lomas de la Juliana alimentándose en terrenos de cultivo de alcachofas y brócolis. Una simbiosis perfecta entre agricultura y ganadería ya que la primera se verá beneficiada por los excrementos de las ovejas y por la limpieza de los restos de las cosechas, y el segundo por pastorear libremente para alimentarse.
Roberto Carlos Sampere es la cuarta generación de pastores, manteniendo una de las actividades más antiguas de la humanidad. Su bisabuelo, abuelo y padre también lo fueron. El recorrido del pasado fin de semana recuperó una de las estampas más impactantes de las que se puede disfrutar, sostenible, con un impacto muy positivo para el medio ambiente y al mismo tiempo productor de carne de calidad para el consumo humano, todo lo contrario de la ganadería industrial. Los sonidos de cencerros de las cientos de ovejas contribuyeron todavía más al espectáculo.
Pero en palabras del ganadero, “no todo es tan bonito”. Los precios de venta, la dureza del trabajo, los 7 días de la semana, y los problemas que genera un desplazamiento de este tipo atravesando varios municipios hay que tenerlos en cuenta. También porque no se respetan las vías pecuarias y otros tipos caminos ganaderos, ni están en su mayoría señalizadas.
Para la trashumancia tuvo que notificar y pedir permiso a varios ayuntamientos. San Fulgencio, Formentera o Rojales fueron algunos de ellos. En este último recibió el apoyo de la Policía Local para evitar problemas de tráfico.
Roberto Carlos afirma que este trabajo, “antiguamente era un lujo, pero ahora un castigo. Nadie quiere dedicarse a esto y encima está mal mirado”. Insiste otra vez en que los municipios deberían tener los caminos ganaderos señalizados.
Este pastor y su ganado permanecerá hasta mediados de junio en las Lomas de la Juliana. Después comenzará una nueva trashumancia en busca de alimento en otros lugares de la comarca practicando una actividad ancestral y de futuro, vital para el medio ambiente y la alimentación humana de calidad.