Considera que el nuevo PHN no debe incluir modelos trasvasistas y como mucho mantener los que ya existen.

Olcina asegura que se debe pactar con los propietarios de las casas de la playa de Babilonia de Guardamar para que las dejen.

TEXTO Y FOTOS E. DE GEA

Rojales el pasado mes de diciembre
Rojales el pasado mes de diciembre

MIÉRCOLES 10-05-2017

El Catedrático de Análisis  Geográfico y responsable del Instituto de Climatología  de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, considera que el nuevo Plan Hidrológico Nacional (PHN) no debe ni puede, ante la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea,  presentar  modelos trasvasistas  de unas cuencas hidrográficas a otras. Como mucho  hay que mantener los que hay (en referencia  al trasvase Tajo-Segura), el cual  sufre una gran sequía en su zona de cabecera, que va a más por el cambio climático y trae cada vez menos agua al Levante.

Olicina así lo expuso en su conferencia “Cambio Climático y riesgos en el litoral mediterráneo español” que tuvo lugar en Rojales, con motivo de la  presentación el Calendario Meteorológico de la Vega Baja 2016.

El catedrático estimó que en la coyuntura climática actual  se deben arbitrar  una serie de estudios y ponerlos en marcha de  “como deben  funcionar los territorios sin trasvases de otras cuencas, definir políticas de abastecimientos  territoriales basados en la desalación y reutilización, y en algunos casos crear y mejorar infraestructuras para la recogida y aprovechamiento de agua de lluvia.

Olcina fue crítico con el PHN aprobado en 2001 ya que “no tuvo en cuenta el cambio climático y se hizo en contra de la Directiva Marco del Agua en cuanto a las políticas trasvasistas”

En su opinión, el camino que tenemos es la desalación y la depuración de aguas residuales con tratamientos terciarios que ya existen y que incluso puede servir para consumo humano o para la agricultura. Hay que construir estaciones de depuración terciarias, depurar el agua  y asumir sus costes. “es lo que se debe hacer y no apostar por los trasvases” subrayó

Para poner en marcha políticas de abastecimiento hídrico a base de desalación y depuración , añadió Olcina, hacen falta subvenciones para abaratar el agua,  pedir ayudas a Europa como se hace con el AVE u otras infraestructuras ya que el futuro del agua  en la provincia y en todo el Levante pasa  por la desalación y depuración.

En este sentido explicó que en el Mediterráneo,  con el cambio climático y el aumento de temperaturas nos dirigimos hacia un clima más extremo, mas calido,  menos normal,  con estaciones menos diferenciadas y con largos periodos se sequía o de lluvias. Es decir, “la provincia de Alicante es un territorio muy  expuesto a las  nuevas condiciones ambientales  que afecta ya  a la economía, al turismo y a la agricultura.

Los cálculos señalan que de aquí a final de siglo el nivel del mar subirá entre 30 y 40 centímetros y la temperatura aumentará en dos grados. “No se trata de alarmar si no de empezar a tomara medidas para evitar este calentamiento y sus consecuencias” indicó.

De forma más local mencionó la situación de las casas de primera línea de la playa Babilonia  de Guardamar. Consideró que “sus propietarios no pueden estar ahí” por el estado de los inmuebles debido a la acción de los constantes temporales. Dijo no entender como en el año 2013 el Gobierno Central amplió la concesión de las viviendas  por 70 años más de ocupación de Dominio  Público Marítimo Terrestre (DPMT). “Ahora la lógica es pactar con los propietarios y recuperar el DPMT” indicó