“Incertidumbre otoñal“

Pedro José Gómez Cascales

Autor del Proyecto MeteOrihuela,Graduado en Geografía y Ordenación del Territorio
Máster en Geofísica y Meteorología

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SÁBADO 12-11-2016
Incertidumbre es la palabra clave. Fíjense, les pongo rápidamente en situación de lo acontecido en los últimos días y los posibles cambios que se aproximan. Nos encontramos prácticamente a mediados de noviembre, no se ha acumulado una cantidad de precipitación reseñable en lo que va de mes en buena parte del sureste peninsular, los embalses de la Cuenca Hidrográfica del Segura continúan paulatinamente bajando sus reservas, se han llegado a superar los 30ºC en algunos puntos del área mediterránea peninsular, pero también se han registrado las primeras heladas y nevadas en zonas de montaña. En los medios de comunicación hemos pasado de ver a personas dándose un chapuzón en la playa, a presenciar la tradicional guerra de bolas de nieve ligada a la irrupción ártica de hace apenas unas jornadas. Como pueden ver, hemos tenido un poco de todo, pasando de un extremo a otro.

La cuestión es que no es nada extraño, nos encontramos en una época del año con una atmósfera muy dinámica, y así va a seguir siendo en el inicio de esta próxima semana (fundamentalmente lunes y martes), con el probable desplazamiento de un embolsamiento de aire frío en altura por el área del Mar Mediterráneo occidental. Además, se estima que esta perturbación tenga un movimiento retrógrado. ¿Qué quiere decir esto?. En pocas palabras, significa que al quedar aislada la bolsa de aire frío de la circulación general de la atmósfera, adquiere una entidad propia, que se manifiesta de forma independiente al flujo de los oestes dominantes. Esta circunstancia provoca que la predicción sea, aún más si cabe, errática y complicada.

Los modelos meteorológicos, como pueden comprobar en la imagen inferior, no se ponen de acuerdo. El Anticiclón de las Azores tiene la llave de la situación meteorológica. Si se aproxima más a la Península Ibérica, la inestabilidad se trasladaría posiblemente a Italia. Por el contrario, si el famoso centro de alta presión no obstruye demasiado, la baja en altura que se descolgaría sobre las Islas Canarias ejercería de imán al otro embolsamiento de aire frío en altura (al que se ha hecho referencia en el segundo párrafo) que se descolgaría sobre la costa mediterránea peninsular, poniendo rumbo hacia el entorno del Estrecho de Gibraltar y el Golfo de Cádiz. Este último escenario, dando entrada a vientos de origen marítimo, es el que provocaría precipitaciones en gran parte de las comunidades mediterráneas de nuestro país, siendo el norte de la provincia de Alicante y el sur de la provincia de Valencia las zonas donde mayores acumulados de lluvia se registren.

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Figura 1. Posibles escenarios a juzgar por cuatro modelos meteorológicos diferentes. Americano (arriba izq), europeo (arriba dcha), canadiense (abajo izq), japonés (abajo dcha).

Por tanto, es importante tener cautela al estar hablando de posibilidades y no asegurar nada. No porque no se quiera, sino porque no es posible. Depende de la ubicación exacta de la perturbación podríamos hablar de lluvias generalizadas o de apenas “cuatro gotas”. Esto viene bien para prevenir, ya que si no ocurre ahora, puede suceder próximamente. Por ejemplo, puede servir de aviso para limpiar los cauces de los ríos (si es que no se ha hecho ya).

Como siempre, les invito a seguir todas las novedades de la situación meteorológica en la página web de MeteOrihuela (www.meteorihuela.com), así como en el Facebook (www.facebook.com/meteorihuela), el Twitter (www.twitter.com/meteorihuela) y el Instagram (www.instagram.com/meteorihuela). Además, como miembro del CECOPAL (Centro de Coordinación Operativo de Emergencias Municipales) estaré atento ante la remota posibilidad de que sea necesario activar algún tipo de aviso a la población.