“Ikea, Rabasa y Ortiz en otra fiesta de los pijamas”
Pepe López (Periodista)
Lunes, 04 Abril 2016
Enrique Ortiz sigue con sus maniobras de distracción. Tras sus confesiones ante autoridad judicial como financiador del PP en las catacumbas, ahora nos anuncia vía diario oficial el cambio de rumbo para que Ikea solo será Ikea. Ante tamaño ejercicio de contorsionismo cabría hacerse algunas preguntas, aunque solo fuese porque el guión del personaje lo exige y la historia reciente nos obliga.
Y es que el periódico Información nos ha sorprendido con una aparente buena noticia. “Enrique Ortiz renuncia al macrocentro Rabasa y modificará el proyecto para hacer solo Ikea” reza el titular de una noticia que firma Jorge Fauró. Es, seguro, una noticia que una buena parte de Alicante esperaba pero que muy posiblemente encierra demasiados puntos negros que cabría intentar aclarar antes de encender la traca final, especialmente por parte de los sufridos comerciantes. Aquí, algunos de ellos:
1. No es esta la primera vez que Enrique Ortiz “utiliza” el diario Información y el diario Información se deja utilizar para vender producto. Lo hizo hace años con un macroproyecto que pretendía poner patas arriba gran parte de la fachada marítima de Alicante reutilizando el viejo proyecto de Puertoamor y lo ha hecho cuantas veces ha querido poner en marcha proyectos faraónicos cuyo mayor beneficiario no era la ciudad sino su cuenta de resultados y que acabaron yéndose por el desagüe de la realidad tal como vinieron. ¿Recuerdan la gran reforma urbanística del Rico Pérez con varias torres de uso hotelero y oficinas en su alrededor? ¿Recuerdan el traslado del estadio de fútbol para reconvertir la zona en uso residencial? Así que no es descartable que nos encontremos ante otra huida hacia adelante y una toma del pulso ciudadano y político de la ciudad por parte de un empresario acosado por los jueces y deseoso de lavar su imagen y cuyo primer capítulo como es conocido fueron sus confesiones ante autoridad judicial como financiador de las campañas electorales del PP dejando claro que los amigos son solo para las ocasiones.
2. Nada se dice en la información sobre la opinión de los dirigentes de la multinacional Ikea y a los que todos suponíamos como los grandes defensores del macrocentro comercial anejo a Ikea y quienes deberán decidir –ellos sí, no Ortiz- si les interesa un Ikea como una isla en Rabasa o prefieren negociar desde cero dejando al macho alfa del urbanismo local en un segundo plano. Sería saludable para ellos y, posiblemente, también para la ciudad que algo de esto se fuera aclarando.
3. Otra pregunta que cabría hacerse: ¿Es esta –renunciar al macrocentro- solo una decisión estratégica para sacar adelante el proyecto de un Ikea desnudo y esperar a que la situación política vuelva a cambiar para acabar vistiendo el proyecto original?
4. ¿Está utilizando Ortiz este supuesto cambio de rumbo para resolver sus cuentas –la importante deuda financiera- que tiene el propio Ortiz con la multinacional sueca y cuyos responsables a buen seguro exigirán si el proyecto se eterniza? Son suecos, no prestatarios desprevenidos.
5. Y finalmente, ¿es este aparente cambio de rumbo de Ortiz solo otro contorsionismo más de un empresario al que su gran pecado y su gran valor ha sido saber adaptarse al marco normativo que los políticos –primero el PSOE, luego el PP- le fueron imponiendo en cada circunstancia? Aunque nunca se investigase en sede judicial, porque esas cosas entonces no se investigaban, las noticias sobre supuestos pagaos de prebendas a ediles no las estrenaron los populares, antes muy posiblemte hubo otros avispados socialistas cuyas fechorías acabaron enterradas por el olvido y la ineficiencia judicial en los tiempos en los que la corrupción era “bien vista”. De modo que, como consecuencia de lo anterior, no es descabellado pensar que podríamos encontrarnos ahora solo ante otro ejercicio de transformismo personal y empresarial más de quien no tuvo problemas en enfundarse el pijama andorrano cuando la desaparecida Sonia Castedo era quien dictaba las normas de este juego, pero que antes utilizó muy probablemente otros pijamas y otros disfraces.
Estos son solo cinco puntos, cinco preguntas, de una información y un supuesto cambio de rumbo en ese triangulo clásico que conforman en Alicante Ortiz-Rabasa-Ikea y que seguramente les sucede como a los icebergs, que ocultan más que enseñan. Que por ética periodística, política y, sobre todo, ciudadana nos debe hacer sospechar que el aparente cambio de rumbo podría ser solo una maniobra de distracción que trata de evitar el choque y hundimiento del Titanic en el que navega Ortiz desde hace mucho tiempo. En twitter @plopez58