Julián Carcaño Pareja, exconcejal y militante de Los Verdes
TORREVIEJA 17-12-2015
Parece normal que el portavoz del PP de Torrevieja, Eduardo Dolón, se reúna con los empresarios del polígono industrial Casagrande para tratar las inquietudes sobre la planta de transferencia de residuos. También parece normal que el PP diga que se posiciona políticamente contra la planta de transferencias debido a que el emplazamiento no es el más adecuado. Incluso puede parecer hasta normal que le eche la culpa de todo este asunto al actual alcalde, pues, según dice el propio Eduardo Dolón, siendo yo alcalde, “lo único que yo he firmado es un documento en el que certifico que en el Ayuntamiento de Torrevieja hay un informe de un técnico municipal sobre las condiciones de una parcela del polígono”. Lo que ya no parece normal es que Eduardo Dolón siga pensando que los torrevejenses son unos tontos a los que se puede engañar fácilmente y que se olvide de las propias decisiones que él mismo adoptó siendo alcalde durante el mandato 2011-2015. Con la documentación municipal en la mano, el alcalde José Manuel Dolón ha demostrado que Eduardo Dolón «hace 23 meses que sabe que se va a instalar una planta de transferencia en el polígono y ha estado callado como una rata de cloaca; no se lo había dicho a nadie». El PP dio luz verde por tres veces a la misma planta de basuras a la que ahora dice oponerse. En el Ayuntamiento hay constancia de los trámites para la instalación de esa planta de transferencias, que culminan el 18 de diciembre de 2014, otorgándole el certificado de compatibilidad que lleva la firma de Eduardo Dolón como alcalde. El certificado que dio el PP para la planta de basuras prevé 500 toneladas al día, lo que prueba que el proyecto tiene carácter comarcal ya que Torrrevieja genera un máximo de 130 toneladas. En el certificado firmado por Eduardo Dolón no se requiere la Declaración de Interés Comunitario, ni informe del Patrimonio Cultural Valenciano; si se hubiera actuado con más rigor, no estaríamos así, afirma el actual alcalde, pero ahora tiene luz verde pues ya se ha determinado, desde el anterior equipo de gobierno del Partido Popular, que la parcela es idónea para la industria que se pretende. José Manuel Dolón asegura que «aunque exigiremos todas las cautelas, el proceso está a mitad de camino y supone el 80% del trámite reglado para la concesión de una licencia»; en cualquier caso, «hay que respetar la ley y haremos que se cumpla». En una extraña transferencia mental, Eduardo Dolón ha vuelto a mentir y demuestra ser capaz de llegar a mentir sobre sus propias mentiras. En su oposición continuada contra el gobierno local, el PP dispara a discreción con enormes dosis de cinismo y cayendo, en más de una ocasión, en la esperpéntica contradicción de criticar lo que ellos mismos hicieron cuando dirigían el Ayuntamiento. Lo que empieza a resultar muy raro es que desde las filas del PP local no surjan voces sensatas que pidan que su partido desarrolle una línea de oposición más rigurosa y alejada del recurso a la mentira sistemática de Eduardo Dolón y su camarilla. Y lo que ya es incomprensible es que por dedicarse a intentar enredar contando mentiras, el Sr. Eduardo Dolón esté cobrando de la Diputación provincial de Alicante un salario mensual de 75.000 euros, al que se añaden asistencias, dietas y coche oficial con chófer.