“Sobre la errática política de residuos en la Vega Baja”

Cambiemos  Orihuela

Orihuela 17-12-2015

A principios de octubre el nuevo Consorcio de Residuos de la Vega Baja, con Manuel Pineda del PSPV como presidente, declaraba públicamente que en cuestión de un mes dispondría de una solución a la crisis provocada por el cierre de la planta de Abornasa en Crevillente, donde destinaban sus residuos Orihuela y otras poblaciones. La solución anunciada por el Consorcio consistía en construir una planta de transferencia que permitiera reducir el sobrecoste derivado del transporte de residuos al vertedero de Jijona.

Cambiemos Orihuela se mostró en contra de la construcción de esta planta de transferencia por ser un parche cortoplacista cuyo impacto agravaría el problema. La planta de transferencia perpetuaría un modelo de gestión caduco que ha acarreado grandes costes medioambientales, económicos, y sirviendo en nuestra comarca como caldo de cultivo de una trama corrupta para saquear las arcas públicas, destruir parte de nuestro territorio, y poner en peligro nuestra salud. Una planta de transferencia “empaqueta” los residuos, disminuyendo su volumen, y los almacena a la espera de ser trasladados a vertederos tradicionales, agujeros en los que depositar la basura indiscriminadamente, lo cual, además de suponer un grave impacto medioambiental y un peligro para la salud pública, vulnera los objetivos de la Comisión Europea en materia de gestión de residuos. Desde Cambiemos Orihuela, apelamos al consorcio de basuras a que se adelante y plantee soluciones de ‘residuos 0’, apostar por la recuperación de materiales y el reciclaje. También instamos a que se produjera una descentralización de la gestión de residuos, para facilitar que cada municipio (o mancomunidades de municipios en caso de que éstos no tuvieran entidad suficiente), pudiera realizar la separación y recuperación de materiales por medio de infraestructuras de menor capacidad, que no tuvieran tanto impacto sobre el territorio y sobre el medio ambiente. Del mismo modo estamos asistiendo al rechazo ciudadano hacia la planta de transferencia de los dos o tres municipios que han declarado interés en albergar esta infraestructura.

Nuestras propuestas fueron criticadas, bajo el argumento de que la situación de emergencia requería de soluciones inmediatas. Lo cierto es que no hay solución aún y se ha perdido tiempo y dinero en una estrategia errática o mejor dicho careciendo de ella. Recogiendo este mensaje, propusimos que, en caso de necesitar una infraestructura urgente, ésta no debería ser una planta de transferencia, sino una planta de selección y separación de residuos que permitiera comenzar a caminar desde ya hacia un modelo más sostenible, sin perder tiempo y dinero en malas salidas sin futuro. Así lo manifestamos en el Pleno celebrado en el Ayuntamiento de Orihuela en el mes de noviembre, en una moción sobre gestión de residuos en la cual uno de nuestros puntos de acuerdo era el siguiente:

        SEXTO.- Instar a la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y       Desarrollo Rural, y al Consorcio de Residuos de La Vega Baja, a promover la      construcción con carácter de urgencia -en el caso de que se plantee la construcción         de una infraestructura intermedia para la recogida de los RSU de la comarca- de    una o varias plantas de selección de residuos, que permitan la separación y la         reducción drástica del volumen y la masa destinada a vertedero.

La moción, que contenía otras propuestas en materia de gestión de residuos urbanos, fue aprobada por unanimidad. El señor Bascuñana, sin embargo, apareció en prensa a las pocas semanas haciendo declaraciones en contra de lo acordado(*) por el Pleno de la Corporación, instando a la Conselleria a la reapertura de la planta de Abornasa, vulnerando la sentencia judicial que declara que esta planta opera ilegalmente por no disponer de licencia ambiental, y por encontrarse situada en un entorno de especial protección en el parque natural del Hondo.

Nos parece inadmisible y profundamente irresponsable que los alcaldes del PP intenten presionar mediáticamente para que se reabra una planta que se ha demostrado ilegal, sin tener en cuenta los costes ecológicos de que esta infraestructura siga utilizándose. Parece una nueva estrategia del PP para dejar los residuos de la Vega Baja en manos de la mafia de las basuras que lleva operando durante años en esta comarca.

Sabemos, gracias a la prensa(**), que parte de la planta se ha reabierto, la destinada al tratamiento de los residuos inertes, con el argumento de que la gestión de este tipo de residuos no requiere ningún tipo de evaluación ambiental.

La situación delata que, habiendo pasado ya dos meses desde la constitución del Consorcio, ninguno de los dos grandes partidos ha aportado una solución factible y respetuosa con el medio ambiente al problema de los residuos. Las semanas van pasando, y con ellas se van gastando los recursos materiales, humanos y económicos que podrían estar destinándose a la generación de una alternativa sostenible a la cuestión de los residuos, que pase por implantar un nuevo modelo de gestión directa, a través de pequeñas infraestructuras, basado en la economía circular, que permita la recuperación de la mayor parte de los residuos y reduzca al mínimo el impacto ambiental.

Desde nuestra formación consideramos que Orihuela tiene una entidad suficiente como para hacerse cargo de sus propias basuras y apostamos por la construcción de una planta de selección-separación (que no una planta de transferencia) que sirva exclusivamente a nuestro término municipal, en la línea de implantar un modelo descentralizado hacia el objetivo de “residuos 0” favoreciendo una economía circular en la zona. Esta solución permitiría contemplar la situación de crisis actual como una oportunidad para repensar el modelo de gestión de residuos que queremos para nuestro territorio, desde una perspectiva que ponga la sostenibilidad económica y medioambiental como prioridad absoluta, y acabe de una vez con la red mafiosa que durante todos estos años ha estado enterrando ilegalmente nuestra basura y consumiendo nuestros recursos públicos.