QUEJAS CONTINUAS SOBRE LA ESTACIÓN DEL AVE DE SAN ISIDRO-CATRAL
José Saéz Calvo
CATRAL 16-11-2015
Llegar a los andenes de cercanías de la estación del AVE de San Isidro-Catral, es mucho más que una aventura, es un tormento para el viandante que llega y para el viajero. ¡QUÉ mentes de ingeniería han diseñado tal desaguisado¡ Las quejas son continuas. Primero te encuentras con unas escaleras que conducen a un pasadizo que conecta con otra escalera que te pone por fin al pie del andén buscado. Pero es que si te equivocas entras por otro paso paralelo que accede al pueblo sin opción de rectificar sobre tus pasos. Eso si has descubierto que una doble y larguísima rampa sin fin puede ser la solución que buscas con ahínco mientras oyes a lo lejos el silbato del tren que seguro no va a esperar aunque con la lengua fuera hagas señales al conductor. Sin hacer alusión a las destartaladas máquinas de emisión de billetes que no están disponibles casi nunca y hace dudar al viajero temiendo una multa del revisor por no llevar billete. ¿No hubiera sido más rentable y cómodo instalar un ascensor como se hecho por ejemplo en la estación de Beniel que facilita por tanto el acceso a los impedidas y los mayores?