Opinión: “LA BURBUJA” DEL TAJO-SEGURA Y UN PLAN B”. Por Francisco Turrión Peláez. Hidrogeólogo
Opinión
“LA BURBUJA” DEL TAJO-SEGURA Y UN PLAN B”
Francisco Turrión Peláez. Hidrogeólogo
Momento de la entrevista. Enlace a la misma en youtube (minuto 8 y ss) |
MIÉRCOLES 09-09-2015
En esta entrevista que me hizo Milton Trinidad en Moratalla TV recientemente, explico que el trasvase Tajo Segura es otra burbuja a punto de explotar. Pues los embalses de la cabecera del Tajo de Entrepeñas y Buendía cada día embalsan menos agua y las demandas propias de la cuenca del Tajo son, lógicamente, prioritarias y deben ser satisfechas integramente: demandas ambientales, de abastecimiento público, de regadío e industriales. Por tanto, el agua disponible para trasvasar a Murcia y Alicante es cada día menor.
Menor también, por el aumento de la reserva estratégica de dichos embalses de 250 a 400 hm3, que se acordó a nivel político en el famoso Memorándum del Tajo y que impide nuevas trasferencias de agua por debajo de dicho umbral. En cambio, las demandas de agua en la cuenca receptora (la del Segura) son superiores a las previstas en el momento en el que entró en funcionamiento dicho trasvase, a finales de los años 70: por el aumento de población, por el aumento de regadíos y de otras demandas.
La burbuja surge, en mi opinión, cuando, a pesar de estas evidencias, los sucesivos gobiernos de la nación actúan como si el Tajo pudiera mandar a Murcia todos los años 400 hm3 de media y como si este incremento de las demandas año a año no existiera. Y toda burbuja acaba por explotar en la cara de los más débiles, de los más ingenuos, de los más desinformados o mal-informados: no solo en la cara de los regantes, sino en la de toda la ciudadanía.
Ante esto, ante la evidencia de que el trasvase Tajo Segura pronto será historia por efectos del cambio climático en su cabecera y por la creciente oposición y concienciación ciudadana de sus gentes, lo responsable es tener un Plan B para que la cuenca del Segura pueda ser autosuficiente en agua antes de que eso ocurra y no padecer sus consecuencias.
¿Cómo? Con una única tarifa pública de agua para riego que integre el agua desalada y el agua subterránea de los acuíferos inferiores sin necesidad de subvencionar el metro cúbico de agua como prohíbe la Directiva Marco del Agua (Directiva 2000/60 CE). Una tarifa que incluya únicamente la repercusión de costes por la amortización de las obras y los gastos fijos y variables de éstas.
La tarifa resultante de producir: 200 hm3/año de agua desalada más otro tanto de agua subterránea, sería muy inferior al precio del agua desalada y estaría sobre los 20 céntimos de euro el metros cúbico. Un coste que es perfectamente asumible por los regantes de las distintas zonas del trasvase Tajo-Segura.
Este es mi plan B. Un plan basado en el conocimiento del potencial de los embalses subterráneos de la cuenca del Segura. Potencial descubierto por el IGME y el IRYDA a mediados de los años 70 pero después ignorado y escondido para favorecer y fomentar nuevos trasvases. Nuevas “burbujas” insostenibles incluso a medio plazo, como estamos viendo con ahora con el del Tajo.