“EL VALOR DE LA PALABRA”. Por Antonio Martínez Charcos
EL VALOR DE LA PALABRA
Antonio Martínez Charcos
Formentera del Segura 03-07-2015
Entre las muchas virtudes y poderes
que distinguen al humano y lo realzan,
da lo mismo potentado que indigente,
que sea niño, jovenzuelo o peine canas,
de la Tracia, el Rosellón o los Sudetes,
de Siberia, el Turquestán o de la Pampa,
que no tienen más mamíferos terrestres
ni las aves, ni los peces, ni alimañas;
es sin duda el don profundo e inteligente
de entendernos cuando usamos “la palabra”.
Desde los tiempos remotos que preceden
a estos siglos avanzados de las máquinas
se han entendido los pueblos y las gentes
al servirse del lenguaje y la gramática,
promoviendo sus acuerdos y sus leyes
con el honor en el fiel de la balanza
al empeñar su palabra muchas veces
hipotecando la vida ……si se falla.
Yo les digo, aún pecando de imprudente,
y arriesgándome a meter también la pata:
que el sentido primigenio, tan potente,
de mantener por su honor palabra dada;
se ha tirado por la boca del retrete
o arrojado al albañal y a la cloaca.
Hay gobernantes, ministros, presidentes,
y políticos serviles de sus panzas,
sindicatos, empresarios y arciprestes,
enarbolando banderas y pancartas,
prometiendo por su honor cien mil edenes,
el paraíso, la gloria y biblia en pasta;
que al volver unas semanas y unos meses
que muy rápidas y prestan se nos pasan;
por oscuros y bastardos intereses
se las pasan por el forro de sus nalgas.
De lo dicho, no está bien que lo recuerdes,
ya que el viento se ha llevado su palabra;
eso bueno se perdió, ya no aparece,
ni lo debes preguntar: ¡mejor te callas!
“La dignidad y el honor son de blandengues,
lo que cuenta es amasar la pasta gansa”.
A los próximos comicios, los peleles,
deberemos renovar su confianza
para que sigan viviendo como reyes
mientras nosotros seguimos en su jaula.