Como recoge el dicho popular : ”Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol, Jueves santo, Corpus Christi y el Día de la ascensión”. Aunque no tuvo lugar en jueves, Orihuela y buena parte de los municipios de la Vega Baja celebraron ayer domingo el Corpus Christi, la transubstanciación, la última cena de Jesús con los Apóstoles cuando convierte el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre. Una de las fiestas más importantes del calendario cristiano. Y todo ello con el ritual de coloreados altares por las calles repletos de flores y espigas de trigo y, el acompañamiento de niños y niñas recién tomada la Comunión.
Una fiesta de orígenes paganos y asimilada por la iglesia, de lucha entre el Bien y las fuerzas del Mal y en otras ocasiones de marcado carácter agrícola. En el Corpus Christi de Orihuela contó con la presencia del Obispo Jesús Murgui. Como se viene haciendo desde hace unos años tras su recuperación fueron escenificadas la danza del paloteado y las figuras de los gigantes y cabezudos, y la danza de gitanos.
Una fiesta de orígenes paganos y asimilada por la iglesia, de lucha entre el Bien y las fuerzas del Mal y en otras ocasiones de marcado carácter agrícola. En el Corpus Christi de Orihuela contó con la presencia del Obispo Jesús Murgui. Como se viene haciendo desde hace unos años tras su recuperación fueron escenificadas la danza del paloteado y las figuras de los gigantes y cabezudos, y la danza de gitanos.