“Mónica Oltra que estás en los cielos”. Por Pepe López
MARTES 02-06-2015
Mónica Oltra es hoy una estrella emergente en el desolado firmamento político de la Comunidad Valenciana. Una estrella a la que muchos -periodistas, empresarios…- tratan de acercarse para buscar cobijo bajo su sombra. Su estrella crece y crece ante el asombro de propios y extraños y ya se la compara con esas otras figuras femeninas emergentes como Ada Colau y Manuela Carmena. Por eso, quizás sería bueno empezar a desbrozar, a modo de juego de espejos, parecidos y diferencias. Aquí, solo unas pinceladas.
Lo que queda claro es que Compromís sigue en campaña. Cogidos a la cola de su cometa más esperado, no solo han conseguido un excelente resultado en las elecciones autonómicas y municipales del 24M, un resultado lo suficientemente bueno como para permitirles seguir movilizados como están y en estado de euforia permanente, pero posiblemente insuficiente para alcanzar la gloria para la que se embarcaron en este viaje: la presidencia de la Generalitat Valenciana. Eso, posiblemente, tendrá que esperar.
Pero, a la luz de esta realidad incontestable, cabría quizás hacerse algunas preguntas sobre el fenómeno Oltra: ¿Dónde está el secreto de esta realidad, de este hiperliderazgo? ¿Es Oltra la Colau o laCarmena valenciana, tal y como algunos, cada vez más, apuntan e insisten? Esto, ya se sabe, siempre será subjetivo, pero hay datos que pueden hacer pensar que un poco las cosas pueden ir por ahí. Tratar de unir su nombre al de aquéllas como referente de los nuevos tiempos para la izquierda social sería, es ya, sin duda un notable éxito de marketing político.
Este hecho viene, en parte, abonado por la realidad del momento. La falta de referentes, la orfandad de liderazgos morales y sociales en los que se ha movido la izquierda social y política de esta tierra, la Comunidad Valenciana, en los últimos cuatro lustros copados por el poder más absoluto del PP, puede que sea parte de la explicación. Sobre ese paisaje y sobre ese erial lleva Mónica Oltra construyendo y mimando su imagen, y ahora, posiblemente, empieza a recoger los frutos de aquel trabajo. Y, sí, efectivamente, este hambre de referentes puede que inicialmente jueguen su favor. No así otros.
Como aquéllas, Colau y Carmena, Oltra habla el lenguaje de la gente corriente en sus actos públicos, tiene el punto de descaro suficiente que hace que se le permita formar parte del grupo. Cuando la escuchas, la última vez en el Club Información de Alicante este mismo lunes, donde reventó el aforo, puedes tener la impresión que te habla a ti, de que es, con perdón, una madre acogedora, cercana, que compagina de forma inteligente la comprensión con la reprimenda, que no intenta agasajar más de lo necesario, ni prometer imposibles, que tiene claro que hay cosas que no son urgentes, sobre todo aquéllas referenciadas a cuestiones identitarias por las que una y otra vez se le interpelan, ese alma nacionalista de su propio partido que oportunamente anda guardada en el armario y que ella sabe debe esconder si no quiere romper el embrujo del que disfruta. Eso, y poner el foco en la lucha contra la emergencia social, son mensajes que amplían el foco y la red de acogida, que de alguna manera la acercan a Colau y Carmena.
Pero hay otros puntos que la alejan y distorsionan esa imagen. A diferencia de aquéllas, Colau y Carmena, Oltra tiene un pasado político conocido. Es militante de unas siglas -Iniciativa y Compromís- y tiene tras sí una larga trayectoria de idas y venidas, que le han hecho heredera de una trayectoria con muchos cadáveres dejados en ese camino, esa parte que sus más próximos y ella misma tratan de ocultar, fruto quizás de ese mal disimulado protagonismo y ambición desmedida que algunos de sus excompañeros de viaje le achacan. Colau viene de los movimientos sociales y alcanzó su conocimiento público con la PAH y Carmena tiene una edad cuya trayectoria moral, profesional y vital le permite ser parte de un proyecto político planeando por encima de las siglas que lo integran, que le permiten remarcar que ella “no es de Podemos”. Nada de eso tiene Oltra. Su conocimiento público está referenciado a su trayectoria reciente en las Cortes Valencianas, a su firmeza en la defensa de principios y derechos, a una excelente y notable campaña de imagen basada en unas cuantas camisetas que la proyectan hacia fuera. Lo trató de explicar ayer en el Club Información: las camisetas no eran una impostura contra la institución de la que formaba parte, las Cortes Valencianas, eran la manera, la única manera, de hablar cuando no te lo permitan, cuando te retiran la palabra, vino a decir Oltra.