En el campo de concentración de Albatera-San Isidro podrían estar enterradas más de 200 personas asesinadas tras la Guerra Civil
JUEVES 07-05-2015
El próximo día 20 de noviembre se cumple el 40 aniversario de la muerte de uno de los dictadores más sanguinarios y genocidas de la humanidad: Francisco Franco. Una de las “herencias” dejadas por el “caudillo por la gracia de Diós” son las aproximadamente entre 2.000 y 2.500 fosas comunes que jalonan todo el Estado Español.
Pero no solo se trata de un legado del Franquismo si no también de la Transición donde los gobiernos del PSOE y PP no han legislado ninguna ley efectiva para desenterrar los aproximadamente 120.000 cuerpos depositados en fosas comunes, tapias y cunetas de republicanos asesinatos y desafectos al régimen Franquista. Incluso el Gobierno del PP lamentó en la ONU que un comité especializado pusiera “excesiva atención” a las desapariciones forzadas de la guerra civil y el franquismo.
En el caso de la provincia de Alicante, el campo de concentración de Albatera -actual término municipal de San Isidro-, además de no estar catalogadas sus fosas en el Mapa de Fosas Comunes que recoge la Ley de la Memoria Histórica se calcula que puede haber más de 200 fusilados.
España tiene el triste honor de ser el segundo país del mundo con más desparecidos enterrados en fosas comunes, solo por detrás de Camboya, según diversos informes. Y sin embargo, las instituciones no cuestionan su salud democrática. La Transición echó un manto de olvido sobre las fosas, impidió que se juzgaran los hechos y se rehabilitara moral y políticamente la memoria de las víctimas. También la dignidad de sus familiares que intentan por todos los medios recuperar al menos los restos de sus seres queridos.
Otro de los atentados hacia la dignidad de los represaliados por el Franquismo reside en la existencia en toda España de calles, plazas o monumentos alusivos al Franquismo. Una situación insólita. ¿Existen en pueblos o ciudades de Alemania alusiones a Hitler o al nazismo?. Lógicamente no.
