Pide reunión con la Comisión Europea para establecer mecanismos que beneficien a los productores porque la retirada del año pasado no ha sido útil y no hay medidas específicas tampoco para la fruta de verano
22 de mayo de 2015.
LA UNIÓ de Llauradors muestra su preocupación por los efectos que el veto ruso puede ocasionar en unas 22.000 toneladas de fruta de verano (melocotón, nectarina, albaricoque y ciruelo) de la Comunitat Valenciana que se exportaron en 2014 a ese mercado por un valor de casi 23 millones de euros y que ahora no lo harán.
Cabe señalar que la pasada campaña el inicio del veto ruso a las exportaciones agroalimentarias de la Unión Europea coincidió con que nuestra campaña estaba prácticamente finalizada y por tanto apenas tuvo influencia. Para la campaña actual, y sin variar sustancialmente las circunstancias del veto, existe una enorme preocupación entre los productores de fruta de verano que además no cuentan con ayudas de la PAC.
Las exportaciones de fruta de verano a Rusia procedentes de la Comunitat Valenciana representaron en 2014 el 14% del total. En el transcurso de los últimos tres años (2012, 2013, 2014) los envíos de fruta de verano al mercado ruso representaron para la Comunitat Valenciana un volumen de 67 millones de kilogramos, el 16% del conjunto exportado, y unos ingresos económicos de 73 millones de euros, el 15% del volumen económico exportado. A juicio de LA UNIÓ el problema no es ya únicamente que dejaremos de tener asegurada la exportación de ese importante contingente de fruta sino que además se podrían saturar otros mercados, lo que podría repercutir negativamente en los precios para los productores.
LA UNIÓ indica que nos encontramos en una situación muy complicada que requiere unas indemnizaciones adecuadas antes las pérdidas que se van a originar. En los reglamentos de la Unión Europea se contemplan en estos momentos ayudas para la retirada de cítricos –que ya han consumido su cupo de retiradas-, hortalizas o peras y no se plantean medidas específicas para la fruta de verano que inicia ahora su campaña de exportación. “No es lógico que haya discriminación entre los productores de diferentes cultivos y que además el agricultor de la Comunitat Valenciana pague las consecuencias de lo anterior sin tener culpa de una situación que han generado los políticos”, señala Ramón Mampel, secretario general de LA UNIÓ de Llauradors.
Así mismo las medidas de retirada establecidas hasta la fecha para compensar el veto ruso no han servido mejorar la renta del agricultor sino la cuenta de resultados de las empresas que han retirado el producto, ya que la compensación ha sido tan baja que no ha llegado al productor.
Esta organización agraria afirma que la Comisión Europea no ha hecho nada durante el último año para lograr abrir el mercado ruso y se pregunta por qué no se ha denunciado el veto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) “Hemos perdido un año sin tener ninguna solución efectiva para los productores”, dice Mampel.
En este sentido LA UNIÓ, a través de su organización estatal Unión de Uniones, ha pedido una reunión con la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea para analizar la situación del veto ruso con objeto de establecer mecanismos compensatorios más ágiles, más útiles para la estabilización de los mercados y más beneficiosos para los productores y las entidades asociativas que retiran el producto.