TEXTO LV /E.De.Gea 

LUNES 26-01-2015

Biólogos expertos han descubierto que en el tramo final del río Segura, entre Murcia y Guardamar, una especie de caña autóctona ‘Arundo micrantha, conocida como caña judía, que a diferencia de la caña común, Arundo donax, no presenta un crecimiento agresivo en forma de masas densas que se arraigan en el terreno y son muy difíciles de erradicar. 

El descubrimiento tuvo lugar el mes pasado, de forma casual, cuando técnicos de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) buscaban indicios de presencia de nutrias cerca de la desembocadura.cjd

De la caña judía, no se tenían indicios en la Comunidad Valenciana desde los años 70. Una prospección más detallada en colaboración con agentes medioambientales, personal de la Consellería de Medio Ambiente y guardería fluvial de la Confederación Hidrográfica ha permitido identificar 115 plantas entre Murcia y Guardamar , con una mayor densidad en el tramo alicantino del río.

Los expertos consideran que la caña común es una de las especies invasoras más conflictivas para el cauce; de hecho, su rápido crecimiento y sus fuertes raíces hacen muy difícil su eliminación y dificultan la presencia de la vegetación de ribera propia del ecosistema fluvial, además de que ralentiza la circulación del agua; todos los indicios apuntan a que también ha desplazado a la variedad local.

No es sencillo distinguir a simple vista la caña local de la invasora, que de tan habitual suele ser considerada erróneamente como una especie propia: la autóctona es más pequeña; presenta una espiga de gran tamaño (especialmente en comparación con el tallo), volcada hacia un lado y con más flores que la común; sus hojas son levemente azuladas; y habitualmente sufre la presencia de un parásito que tiñe las espigas de negro. Pero su característica más importante es que crece en matas aisladas; es decir, que no forma tapices continuos con rizoma en disposición horizontal, aclara el biólogo Jorge Sánchez, de ANSE.

La caña judía, con aspecto y tamaño entre la caña común y el carrizo, solo crece en la cuenca Mediterránea, con poblaciones en el norte de África (Marruecos, Argelia), Chipre, Croacia, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Israel, Turquía, Portugal y España. En el Sureste, además de este descubrimiento y de citas históricas de hace varias décadas tanto en la Comunidad Valenciana como en Murcia, su situación es una incógnita. En el resto de la península ibérica, su presencia está documentada en el Valle del Ebro y oriente de Andalucía.

El hallazgo de la especie en Alicante y Murcia supone, a juicio de ANSE,  “una importante ampliación de su área de distribución y la constatación de su presencia en nuevas poblaciones situadas entre los dos grandes núcleos hasta ahora conocidos en el territorio”. A raíz del hallazgo un equipo de botánicos compuesto por personal de la Consellería y ANSE están evaluando, caracterizando y mapeando sus poblaciones con el objeto de realizar propuestas para la gestión del río.

“La presencia de esta especie en la Vega Baja muestra una vez más que el río Segura esconde aún valiosas sorpresas a pesar de las presiones a las que ha sido sometido, así que debería constituir un estímulo para promover acciones de recuperación“, señala Jorge Sánchez.