LA UNIÓ denuncia que los agricultores y ganaderos de la Comunitat Valenciana pierden 63 millones de euros por no trasladarles la bajada del precio del petróleo al precio del gasóleo de uso agrario
El gasóleo B, el de uso para la actividad agraria -con tinte rojo para evitar fraudes- tiene un precio venta público a 17 de diciembre de 2014 de 0,837€/litro de media en las gasolineras de la Comunitat Valenciana.
El desglose del precio del gasóleo, según los datos del Ministerio de Industria, es del 39% de coste del gasóleo al por mayor, 11% de costes de distribución, 1,5% correspondiente al margen del mayorista y, finalmente, el 48,50% corresponde a los impuestos que el Gobierno grava a este hidrocarburo.
La evolución del precio final del gasóleo agrícola se ha mantenido prácticamente estable a lo largo de todo el año 2014. En este sentido, en enero el precio medio se situó en unos 0,95 €/litro, lo que significa que en 12 meses, prácticamente se ha reducido en poco más de 0,11 €/litros, un descenso para el agricultor y ganadero de casi el 12%.
Por su parte, la evolución del precio del barril Brent durante el año 2014 ha sido claramente a la baja, pasando de un precio de 110,740 $ el 1 de enero de 2014 a 60,030 $ el 17 de diciembre.
Esto supone una reducción de más de 50 $ por cada barril de Brent y una disminución porcentual del 46%
En definitiva, mientras el precio del petróleo ha bajado el 46% en lo que va de año, el precio que pagan los agricultores y ganaderos únicamente ha descendido el 12%.
Los efectos sobre el sector agrario
La política de no traslación de las bajadas del precio del crudo al precio final del gasóleo perjudica gravemente la competitividad de las explotaciones agrarias valencianas porque tienen que continuar haciendo frente a un coste, importante dentro de la actividad agraria y sobre el que es difícil actuar porque no depende de la voluntad del productor su uso, y que si se redujese contribuiría de forma vital a mejorar la rentabilidad y la competitividad de las explotaciones y reducir el nivel de endeudamiento por el que atraviesa el sector agrícola valenciano, facilitando, de esta manera, la reinversión en las explotaciones.
En consecuencia, con las cifras expuestas, el sector agrario valenciano está pagando un 34% más por litro a las empresas distribuidoras y al Estado a través de los impuestos. Por tanto, actualmente el coste del Gasóleo B debería estar alrededor de los 0,552 €/litro.
El consumo de Gasóleo B en la Comunitat Valenciana se sitúa en unos 222.000 toneladas al año, por lo que si la bajada del precio del barril Brent se trasladara al precio del gasóleo en el surtidor, los agricultores y ganaderos tendrían una disminución de sus costes de producción valorados en su conjunto de poco más de 63 millones de euros.
Para LA UNIÓ la nula repercusión de la bajada del petróleo sobre el precio del gasóleo agrícola no sólo es excusable en el alto componente de impuestos con que se gravan los combustibles, sino que se debe a la falta de competencia En el sector de combustibles en el que ostentan una posición de dominio las grandes firmas de distribución. Precisamente, ya en julio del año pasado la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia abrió expedientes[2] sancionadores por posibles prácticas restrictivas a la competencia a REPSOL, CEPSA, GALP, BP, MEROIL, COMPAÑÍA ESPAÑOLA DE PRETRÓLEOS y DISA ampliada posteriormente a otras firmas y que consistirían en la coordinación en materia de precios entre cada uno de los operadores de productos petrolíferos y empresarios independientes que operan en sus respectivas redes de distribución.