LOS ‘OJOS DEL SEGURA’ Y LA POZA DE LAS YEGUAS. Por Francisco Turrión. Hidrogeólogo
LOS ‘OJOS DEL SEGURA’ Y LA POZA DE LAS YEGUAS.
Por Francisco Turrión. Hidrogeólogo
VIERNES 14-11-2014
Todos hemos oído hablar de los “Ojos del Guadiana“, en el municipio de Villarrubia de los Ojos, Ciudad Real, pero no tantos sabrán que en el lecho del Segura también “se abren ojos” como esos en la llanura manchega. En efecto, en distintos tramos del cauce del Segura, desde su nacimiento en Pontones(Jáen) hasta Los Almadenes en Cieza, se ven y se han descrito geometrías circulares por donde mana el agua desde el interior de la tierra al río Segura. Pero no son solo estos los únicos casos conocidos. Recientemente hemos recogido el testimonio de dos vecinos de la Huerta de Murcia, en la pedanía del Raal, que han contado lo mismo; pero ahora, aguas abajo de la ciudad de Murcia. Antonio Juárez nos habla de la Poza de las Yeguas.
A José López su padre le decía que en las sequías de los años 50 y antes de construirse el embalse del Cenajo, se veía en el lecho seco del río, a la salida del Cañón de Almadenes en Cieza (cerca de El Gorgotón, un rosario de pozas circulares por donde brotaba “tal cantidad de agua, que daba para regar con ella todo Cieza, Abarán y hasta la acequia de Archena cuya toma se encuentra en Ulea”.
A José López su padre le decía que en las sequías de los años 50 y antes de construirse el embalse del Cenajo, se veía en el lecho seco del río, a la salida del Cañón de Almadenes en Cieza (cerca de El Gorgotón, un rosario de pozas circulares por donde brotaba “tal cantidad de agua, que daba para regar con ella todo Cieza, Abarán y hasta la acequia de Archena cuya toma se encuentra en Ulea”.
La Poza de las Yeguas en el Raal, Murcia
Ahora, dos vecinos de la Huerta de Murcia de la pedanía del Raal nos han contado lo mismo, pero en el cauce del río, aguas abajo de la ciudad de Murcia. Antonio Juárez nos cuenta a la cámara el caso de la Poza de las Yeguas.
El testimonio de Pedro García, que sigue a continuación del anterior, nos ilustra más sobre estos “sinkholes” en el cauce del Segura. Nos dice que eran como manantiales que brotaban del interior de la tierra en los que no se veía el fondo y que él no se atrevía a bañarse en ellos, porque le daba miedo; ya que se daban casos de gente que se había ahogado. Que en esas pozas y en las sequías, se metían motores que funcionaban las 24 horas del día para regar y que éstas no se secaban.
Otros testimonios:
En la zona del Merancho y los Tres Puentes, cerca de Beniel, me contaban hace años el caso de un camión que se había caído al río en una curva y que no se encontró. También, el de pescadores que se han ahogado más abajo, en Benejúzar y Almoradí, ya en la provincia de Alicante. Yo mismo he visto una de estas pozas de aguas oscuras en el centro del río al pasar Orihuela, cerca del Meandro de Miguel Hernández.
Los acuíferos inferiores del Segura “respiran” por estos ojos. Muchos de ellos nos los vemos ya, no porque no existan, sino porque: en el caso de Murcia, estaban en el antiguo cauce, ahora tapados por toneladas de tierra desde mediados de los años 90 por las obras del nuevo encauzamiento; y los de Almadenes, porque los embalses de la cabecera del Segura mantienen un cauce vivo y con agua todo el año incluso en sequías. ¿Habrá más “Ojos del Segura”?