RESPUESTA AL PREGÓN EN COX DE VALENTÍN MEDINA MARTÍNEZ, “COBERO CONFESO”.

FOTO RAFAEL MOÑINORafael Moñino Pérez Presidente del Centro de Documentación, Investigación y Estudios Cojenses.

 COX 11-10-2014      

Querido paisano:

            En tu discurso como pregonero de las fiestas de Cox-2014, tras el saludo a nuestra patrona la Virgen del Carmen -salutación que comparto- te declaras “cobero confeso” poco después de decir “por que me niego a decir cojense”. Nadie te obliga. Pero si como periodista –en tu caso, lo haría- quisieras saber el porqué del gentilicio que rechazas, cojense, solo habrías de pedir al Ayuntamiento el análisis filológico con su anejo documental que la Asociación que presido registró el 24 Mayo de 2013, llevado luego al pleno municipal por el Partido Socialista sin lograr su aprobación. Fue decisión suya presentarlo y nos consultaron previamente, pero nos fue indiferente por ser documentación de dominio público. No tenemos color político; lo nuestro son los asuntos histórico-culturales de Cox, según nuestros estatutos.

            Antes de seguir te diré que desde hace años tengo publicado que cualquiera que nos adjudique a los de Cox un gentilicio sin base argumental que lo apoye estará dando la exacta medida de su conocimiento. Y tú has dado con creces esa menguada talla, pues a lo largo de tu discurso, no una sino hasta once veces has obsequiado a tus paisanos con un vocablo que, si a ti te parece gentilicio, solo es un epíteto degradante. Por que has de saber, “cobero confeso”, que cobero es quien da coba, y por ende cobista, servil, adulador, pelotillero, hipócrita, y algún otro adjetivo que por guardar las formas no cito. De las once, con la octava -¡qué fijeza la tuya, rayana en la impertinencia!- osas manchar también el nombre del más insigne poeta orcelitano. Te recuerdo que en algunos países americanos a los que dimos nuestro idioma significa mentiroso, y el cobero lo es por antonomasia.

            ¿Conoces el origen local de esta palabra? Por el currículo que exhibes deberías saberlo, pero te lo explico brevemente: El filólogo D. Julio Casares nos asignó en su día el gentilicio cojero cumpliendo técnicamente los requisitos de la grafía Cox y su fonema Coj, su pronunciación correcta, pero en femenino es cojera y resulta ambiguo respecto de la mujer de Cox. También, desde inmemorial, las autoridades políticas, religiosas y de variado signo que se dirigieron al pueblo verbalmente y por escrito omitieron citar cualquier gentilicio y nos llamaron “hijos de Cox” a secas. Tan pertinaz dejación en asunto trascendente causó una profunda laguna identitaria y cultural, todavía vigente, en la educación del pueblo. Pero como los pueblos, cual la naturaleza, temen al vacío, cuando hallan en su camino un bache cultural lo rellenan a su manera, y entre esos materiales surgieron cobero y otros dislates lingüísticos que no viene al caso citar. Así de simple, y de lamentable, ¿enterado?

            Por ello, y como el pueblo llano no es culpable de esa torpeza sino sus dirigentes, cuando alguien del común me llama cobero, no me ofende; pero si lo hace quien por su formación académica está obligado a conocer el significado de sus palabras le pido explicaciones, y en tu caso con mayor causa, pues como periodista deberías usar mejor la principal herramienta de tu trabajo: el lenguaje.

            El resto del pregón, bien, variado y con los tópicos habituales, aunque por tres veces confundes geografía con territorio (lo uno estudia lo otro, ¿sabes?), y no aciertas en los límites de Cox ni en la datación de su castillo.

            Acabo con una apostilla al broche de Tito San Emeterio, veterano presentador del acto e inveterado devoto -sin argumentos también- de cobero y cobense (otro derivado de coba), cuando al final te dice: “Eres un cobero o cobense, como quieras, siempre lo has hecho, y siempre lo seguirás siendo. Muchas gracias”. Vale: Pues seguid ambos la senda de lo que esos vocablos significan, y reservemos cojense para distinguir entre los que opten por usar un gentilicio filológicamente documentado y los que prefieran insultar al pueblo que les acoge y da tribunas.

            Y a lo que flota ostensible sobre este y otros asuntos culturales de Cox, la razón de la fuerza, desde el Centro de Documentación, Investigación y Estudios Cojenses seguiremos oponiendo, Deus ex māchina, la fuerza de la razón.

            Saludos, y que cada palo aguante su vela.