LA UNIÓ de Llauradors reclama y exige la creación de una autoridad estatal que “gestione correctamente el uso y la distribución del agua en nuestro país”, así de categórico se muestra Ernest Blasco, responsable del Área del Agua de LA UNIÓ en relación a las declaraciones vertidas en el XIV Congreso Nacional de Comunidades de Regantes de España en Torrevieja.
En este sentido, Blasco matiza que “esta autoridad debe estar dirigida y gestionada, como históricamente ha reivindicado LA UNIÓ, por expertos y técnicos en la materia”, quienes han de comprometerse “a mantener su trabajo alejado de las decisiones políticas que hasta ahora tan sólo han tergiversado su discurso dirigido al sector agrario”.
Por otra parte, las recientes palabras de la presidenta de la Diputación de Alicante, Doña Luisa Pastor, en el marco del I Congreso Internacional de Derecho al Agua que organiza el Colegio de Abogados Provincial en Alicante, solicitando a los regantes del Júcar que faciliten el envío de 12 hm3 de agua para la provincia de Alicante “es un discurso demagógico en el que vuelve a mezclar churras con merinas”, apunta Blasco. En esta ocasión, “coloca en un mismo espacio técnico las necesidades hídricas del sector agrario y las del conjunto de la ciudadanía”, que, por naturaleza, son diferentes.
Para LA UNIÓ, este tipo de mensajes “crean una confusión claramente interesada y hay que evitarlos a partir de ahora para terminar encontrando una solución a los déficits hídricos de nuestra tierra, que es lo importante”. Además, mientras solicitan esa agua para los regantes “las autoridades siguen permitiendo que docenas de hectómetros cúbicos de aguas depuradas y tratadas correctamente sean arrojadas al mar sin ningún tipo de pudor”, denuncia.
Ante estos hechos, resulta, al menos, paradójico “que sigan reclamando inversiones millonarias y obras monumentales mientras esos hectómetros perdidos podrían ser reutilizados con gastos infinitamente inferiores”. No obstante, “LA UNIÓ no renuncia a otro tipo de infraestructuras”, pero siempre reivindicará, “en nombre del sentido común, que en primer lugar se aprovechen al 100% nuestros propios recursos”. Sólo de esta manera obtendremos valor moral para luego pedir en el futuro otro tipo de recursos”, explica.