21 de julio de 2014.-
LA UNIÓ de Llauradors ha trasladado hoy al Ministerio de Agricultura su preocupación por la grave crisis de precios por la que atraviesa el sector de la fruta de verano y la urgente necesidad de tomar medidas para detenerla. Se ha reunido en Madrid con el Subsecretario de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Jaime Haddad, para analizar los problemas de un cultivo de gran importancia en algunas comarcas de la Comunitat Valenciana.
Se ha expresado igualmente en la reunión de hoy la firme condena de LA UNIÓ a los actos vandálicos contra los productos españoles en Francia, requiriendo al Gobierno español que exija a las autoridades comunitarias que actúen con contundencia para garantizar la libre circulación de mercancías en el territorio de la UE.
Sobre la crisis de precios se le ha trasladado al Subsecretario una propuesta para que desde el Ministerio de Agricultura se presente a la Comisión Europea un plan de actuación que solucione la situación de perturbación grave del mercado de la fruta. Se trataría de aprovechar el mecanismo europeo de la nueva Organización Común de Mercados (OCM) única aprobada por Europa en 2013, a través de lo previsto en el artículo 219 y de acuerdo con lo establecido en el artículo 228 del Reglamento 1308/2013 de la OCM única.
En definitiva lo que LA UNIÓ pide al Ministerio es que negocie con la Comisión Europea, por el procedimiento de urgencia, un paquete de medidas para detener la crisis de precios en este sector. A juicio de LA UNIÓ en dicho paquete hay dos actuaciones que no pueden faltar. La primera de ellas sería la prohibición de comercializar calibres muy pequeños con el fin de sacar del mercado las categorías inferiores y supervisar también que de forma efectiva se realiza esta retirada. En cuanto a la segunda acción consistiría en establecer un procedimiento ad hoc que permita retirar producto del mercado por una vía diferente a la que se contempla a través de la ayuda al sector de las frutas y hortalizas establecida en la sección 3 del capítulo 2 de la OCM única. Esto significaría que las retiradas se hicieran al margen de los fondos operativos y que por tanto no fueran soportados directamente por los propios productores que son las víctimas de la crisis.
La campaña de fruta es desastrosa pues se espera una reducción de las cotizaciones a percibir por los productores de entre un 20 y un 30%, con el agravante de que una parte importante de la cosecha, sobre un 40%, podría quedarse en el árbol por el bajo calibre de la fruta como consecuencia de los efectos de la sequía. Por el contrario los costes de producción se han incrementado aproximadamente en un 20%, fundamentalmente por los gastos de la energía (luz y agua principalmente), la recolección o el aclarado de la fruta.
Estas dos variables, descenso de los ingresos por la bajada de los precios y aumento de los costes productivos, provoca la disminución de la renta en un 50% que se fundamenta en la sequía y en la anormal evolución del mercado por el adelanto de la producción y el hecho que se haya solapado con otras frutas.