La dos palabras (más repetidas) de Pedro Sánchez, por Pepe López
La dos palabras (más repetidas) de Pedro Sánchez
por Pepe López
- Lunes, 14 Julio 2014 09:50
Dos palabras, reformismo y modernización, han sido posiblemente el salvadidas del discurso y las más repetidas por el nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, en la campaña electoral que le ha llevado a alcanzar la secretaria general de su partido y en las primeras entrevistas/declaraciones desde que fuera elegido el domingo por los militantes socialistas. Para él han sido suficientes, veremos si también lo son para su partido.
Lo bueno para Sánchez y para la nueva etapa que inicia el socialismo español es que ambos términos son política y semánticamente tan ambiguos, tan amplios, que en ellos cabe casi todo. Por ahí el riesgo de despeñarse por faltar a la prometido es mínimo. Lo malo es que esas dos palabras –modernización y reformismo- las defendería hoy día y sin inmutarse lo más mínimo el PP y son también y probablemente las que más ha utilizado el actual Gobierno para hacer la política de recortes y de retroceso social que nos han traído hasta aquí.
Esa es precisamente la confusión que deberá aclarar Sánchez. Si no lo hace con suficiente nitidez y contundencia, la tarea de romper con el estigma de que PP y PSOE son, a la hora de las grandes decisiones económicas, lo mismo, va a adquirir para él catácter de reto hercúleo destinado al fracaso y a la melancolía.
Así las cosas, veremos si los matices y la fina pincelada serán suficientes armas para convencer a un electorado y una ciudadanía que, a día de hoy, pide seguramente más radicalidad democrática, más concreción en las propuestas, más claridad en el mensaje, más compromiso y coherencia en el comportamiento personal de sus dirigentes ante un paisaje devastado en lo social y en lo económico. Veremos si los esfuerzos evidentes y notorios que ya hace el nuevo líder en su discurso para marcar territorio con Podemos y otras fuerzas de la izquierda son igual de nítidos y fructíferos para diferenciarse del PP.
A Zapatero, cuya trayectoria política puede de algún modo inspirar la del propio Sánchez, sus militantes y votantes le exigieron un contrato:“No nos falles”. Y, al final, Zapatero, les falló. A Sánchez no le han exigido nada. De momento si diría que le miran con recelo y están a la expectativa. El reto es saber si con (solo) prometer reformismo y modernización –y, claro, la pesada sombra de Susana Díaz mirando desde el burladero- será suficiente para evitar que el estropicio sea aún mayor que el que hereda o si este tiempo, como muchos dicen ya, acabará al fin y al cabo siendo solo una etapa de paso a la espera de lideresa. Una nota a pie de página en la vasta historia del socialismo español. En twitter @plopez58