LA UNIÓ de Llauradors “no admitirá fuertes recortes de suministro de agua para regadío” y exige a las Administraciones medidas urgentes
En una época de fuerte sequía, los agricultores exigen el estudio de las reservas del subsuelo para no esquilmar los acuíferos y además evitar que se desaproveche agua depurada que se tira al mar
5 de marzo de 2014.-
LA UNIÓ DE LLAURADORS asegura que el campo alicantino atraviesa un escenario de fuerte sequía desde hace meses. En este contexto, Ernest Blasco, responsable del Agua de LA UNIÓ, explica que “la situación se está agravando por momentos”. “Mucho me temo, por los datos que tenemos, que estemos empezando un nuevo ciclo de sequía duro y prolongado sobre todo en la franja costera”, lamenta Blasco.
Los agricultores siguen mirando al cielo con la esperanza de que “la primavera traiga consigo cantidades importantes de precipitaciones y sea más benigna que las estaciones pasadas”. Al menos, se espera que “abril se comporte medianamente bien” y salve parte de las cosechas de los campos alicantinos. De lo contrario, “podremos hablar de cosechas desastrosas”.
No obstante, hay que distinguir entre la sequía propiamente dicha y la carencia de agua para regadío. “Evidentemente la falta de lluvias afecta a los cultivos de secano de manera más o menos inmediata”, sin embargo, “el regadío, de momento, está bastante garantizado, ya que los pantanos de cabecera en las cuencas que nos suministran agua están ahora mismo recibiendo cantidades importantes de precipitaciones y acumulando reservas”, explica Blasco.
Ante esta realidad, LA UNIÓ pone el acento en una cuestión importante. Y es que “el sector agrario como garante de la alimentación de la población no admitirá recortes de consideración en el suministro de agua para regadío”, asegura. Así, LA UNIÓ “emplaza a las distintas administraciones a tomar medidas que vayan encaminadas a evitar con tiempo suficiente posibles restricciones”.
Asimismo, Blasco recuerda que “la Administración sigue ignorando que poseemos importantes reservas en el subsuelo y que éstas deben ser estudiadas, catalogadas y calibradas por expertos competentes en la materia con el fin de evitar esquilmar los acuíferos”. Por otro lado, además, LA UNIÓ quiere hacer énfasis “en el hecho de que se sigue tirando al mar importantes cantidades de agua depurada”. “Quizás abaratando su precio y vigilando a conciencia su calidad pueda aprovecharse una mayor cantidad de agua”, asegura.