70 años esperando al soldado de la División Azul Francisco Belmonte
TEXTO: EDUARDO DE GEA
FOTOS: MANUEL LORENZO
Nació en Almoradí en 1914, vivió en Los Montesinos de donde era natural su esposa, y murió a los 31 años en uno de lo episodios más cruentos y decisivos de la Segunda Guerra Mundial, la batalla de Stalingrado. Desde finales del pasado año los restos mortales de Francisco Belmonte Quinto, descansan en el cementerio de Rojales,. tras permanecer durante más de 70 años en dos camposantos rusos. En el de Pankovska, en la ciudad de Novgorod, conocido como el “de los españoles” es el lugar donde fueron exhumados los restos.
Su hijo Francisco Belmonte Maciá de 77 años y sus nietos al fin han podido repatriar los restos de su familiar, quien se alistó a la conocida como División Azul, tal y como hicieron miles de jóvenes españoles tras la Guerra Civil Española (1936-1939). Este cuerpo militar fue una unidad de voluntarios que apoyaron entre 1941 y 1945 al ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente en el frente ruso contra la Unión Soviética..
“Estoy feliz y contento; satisfecho por tener por fin los restos de mi padre al que nunca olvidé” relata Francisco Belmonte quien apenas recuerda a su progenitor ya que, cuando este falleció contaba con siete años y su hermano con tres. “Se ha cumplido una de las ilusiones de mi vida; estaba ya muy desanimado pero al final gracias a mi hija Ramona lo hemos conseguido;.es una emoción muy grande; jamás olvidaré este momento” asegura en el cementerio de Rojales, ante la caja mortuoria que contienen los restos de su padre, y acompañado por su esposa, hijos y nietos.
Los restos del soldado de la División Azul, Francisco Belmonte Quinto llegaron a Rojales a finales del año pasado. Sus familiares se desplazaron hasta una dependencia del Ministerio de Defensa de la capital para recogerlos. Habían llegado horas antes vía aérea procedentes de Rusia. Junto a Belmonte figuraban los restos de otros tres soldados y de un capitán de la División Azul de otros puntos de la geografía nacional caídos durante el asedio a Stalingrado.
El ministerio de Defensa entregó a los familiares los restos del fallecido, una bandera española y su placa identificativa muy deteriorada por el paso de los años. Belmonte Quinto tras participar en la Guerra Civil Española, se alistó en la División Azul un lejano ya 18 de febrero de 1943. Poco después, el 24 de marzo de ese mismo año su familia recibió la noticia de que había fallecido en el frente de Stalingrado. Durante la batalla fue herido perdiendo la vida poco después en un hospital de campaña Esta circunstancia hizo que fuese enterrado debidamente identificado, hecho cual ha facilitado su localización y traslado a Rojales, donde reside su hijo junto a su esposa natural de este municipio.
En 1961 cuando Francisco Belmonte Maciá emigró por motivos de trabajo a Alemania comenzó la búsqueda de su padre. Relata que pensaba que estaba enterrado en este país. Sin conseguir nada, paso el tiempo hasta que hace poco más de dos años cuando una de sus hijas, Ramona Belmonte, reinició la búsqueda contactando con el Foro de la Memoria Blau.
La suerte de contar con la ayuda de este colectivo formado por descendientes de miembros de la División Azul, y que el fallecido se encontraba identificado en el cementerio de Pankovska facilitó su localización. Dos años después, un momento largamente esperado por los familiares de Belmonte Quinto se ha hecho realidad.
Ramona Belmonte es, en palabras de su padre, la verdadera artífice de la repatriación de los restos del soldado.”Sabíamos que mi abuelo había muerto en Rusia y poco más hasta que me puse a mirar por Internet haber si conseguía algún dato más” relata la nieta del fallecido en Stalingrado.
Fue entonces cuando al teclear el nombre de su abuelo, este le apareció en la página del Foro de la Memoria Blau. A partir de ese momento, hace más de dos años, comenzaron los contactos con este colectivo.
La bisnieta de Belmonte Quintó, Mirian Pascual, emocionada como el resto de sus familiares asegura sentirse sorprendida por el hecho de que su antepasado participara en el Batalla de Stalingrado, un hecho histórico que había estudiado en los libros escolares.
